Coloca una sartén grande a fuego medio y vierte el aceite de coco y 1 cucharadita de aceite de sésamo
Fríe las frutas y verduras durante 10 - 12 minutos, hasta que la cebolla esté translúcida y la manzana ligeramente dorada. Tras eso, reduzca el fuego.
Añade la carne a la sartén y espera de 8 a 10 minutos hasta que la carne pierda su color rosado.
Añade el jengibre, la salsa de soja, el vinagre de sidra de manzana y la sal. Remueve todo muy bien.
Coloca toda la mezcla en un procesador de alimentos. Pícalo todo hasta que la carne quede muy fina. Si por cualquier motivo no tienes procesadora, puedes usar, por ejemplo, un pasapurés.
Añade las semillas de sésamo y el miso a la mezcla. Remueve bien. Deberá quedar una mezcla con una consistencia de pasta espesa. A esto le llamaremos "base de miso".
Lleva a ebullición el caldo de verduras o de pollo y añade 6 cucharaditas de la base de miso.
Listo. Ya es solo repartir y añadir la pasta y aderezos que queramos.